sábado, 10 de septiembre de 2011

Fondo blanco.

En el texto anterior, redacté de cómo las palabras nos pueden hacer pasar malos ratos, especialmente para quien no sabe el verdadero poder de ellas; muchos hemos sido partícipes de la violación del lenguaje, pensamos que nuestras palabras se pueden tomar a la ligera sin ningún tipo de retribución negativa o positiva, sin embargo no es así, la palabra es objeto de mucho cuidado que se debe aprender a usar adecuadamente, de lo contrario sus consecuencias pueden ser catastróficas.

Antes de comenzar la continuación del tema, quiero hacer mención del uso de un libro para analizar las situaciones políticas. Su título es "Las 48 leyes del poder" de Robert Greene (imagen a la izquierda), que a su vez se basa en autores y personajes como Maquiavelo, Carl Von Clausewitz y Sun-tzu, entre otros. Puede percatarse del punto de vista "perverso" pero realista que tomará esta redacción, sin embargo el otro lado de la moneda intentará equilibrar el panorama, asimismo casi todas las leyes se aplican para la realidad política-social en México, sólo hace falta poner un poco de atención a las noticias.

Dicho de esta manera, relataré la siguiente parte que ayer dejé pendiente, una de las frases más cándidas que he escuchado en mi corta vida, "tal gobernante o candidato se interesa en el pueblo". Es una pena decir que el pueblo, para muchos, es lo que menos interesa, aunque irónicamente sea el punto de partida y aprestad de muchos candidatos y gobernantes, es una paradoja enredada con el hilo de intereses personales, sociales y económicos, pero al final de todo, sigue siendo una paradoja.

Para muestra un botón.

Pongamos un ejemplo para explicar este fenómeno: las pensiones para adultos mayores (adultos de la tercera edad); para analizarlo, primero repasemos un poco. Antes de este servicio para los adultos mayores, prácticamente eran invisibles para la sociedad, no le importaban a muchos políticos en carrera, es decir que eran eslabón flojo de la cadena social; Sabemos bien, por el libro recomendado, que un eslabón flojo es un eslabón aprovechable, aquella fracción de la población (2.6% en 2005 según en INEGI) crecería para ser una gran parte de México para el 2007, fecha de la creación del programa "setenta y más", escusa para asegurar el voto. Esta es una estrategia muy inteligente, debido a que no levanta sospechas y realmente ayuda a las personas, personas que no están familiarizadas con la cortesana forma de gobernar heredada de Europa; ahora bien, con lo anterior no estoy diciendo que es un completo y fraudulento movimiento político para obtener votos, lo que digo es que las cosas son más oscuras de lo que parecen en ese ámbito, aunque los comerciales y propaganda digan lo contrario (las letras pequeñas), en realidad se hace uso de un trueque entre el sufragio efectivo y el bien o servicio que adquiere la persona, cosa que no debería pasar si hubiera suficiente cultura popular-política en México, además no existe las bases educativas para sustentar una población culturalmente activa, población que "no se deje" del gobierno.

El otro lado de la moneda.

Hacer estrategias que beneficien al pueblo y al gobernante no es malo, al contrario, mientras más estrecha sea la simbiosis, es mejor; sin embargo no es válido dejar de exigir al gobierno que cumpla su responsabilidad, mucho menos comenzar a prostituir votos por esto mismo. Independientemente, hay gobernantes que deciden actuar por el pueblo, aunque ir contra corriente le pueda costar su carrera, este individuo será mejor político que los demás en el poder.

Finalmente, cito una frase popular: "El pueblo tiene al gobierno que se merece", esto nos dice que mientras más oscuras y perversas sean las estrategias políticas, más oscuro y perverso será el pueblo quien lo merezca; primero debemos cambiar como individuos antes de exigir un cambio como sociedad. En el próximo texto hablaré de algunas leyes del poder añadiendo su ejemplo proyectado en México y otro capítulo extra para hablar de una solución un poco extraordinaria.

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